Beech (Flor de Haya)

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Flor femenina del haya

Nombre botánico: Fagus sylvatica

Signatura: es un árbol caducifolio de la familia de las fagáceas (Fagaceae) que puede llegar a medir hasta 30 metros y conserva la corteza prácticamente lisa durante toda su vida, de un gris ceniciento o blanquecino. Las hojas son simples, alternas en los tallos jóvenes, de forma ovalada, onduladas y lampiñas, excepto el borde, rodeado de pelos largos muy característicos y algo festoneado. Son tiernas y de color verde vivo cuando son jóvenes, volviéndose más oscuras en la madurez, y captan la mayor cantidad de luz posible. Ello hace que sus bosques sean oscuros, y en verano, cuando las hojas han alcanzado su desarrollo, no permiten crecer a casi ninguna otra planta, pues imposibilitan la entrada de luz al suelo con su poblada copa de hojas verdes. Esta es su signatura, como el árbol, que ocupa un gran espacio y su tupido follaje no permite el normal desarrollo de otras especies a su alrededor ni del pasto a sus pies, esta es la flor para quienes son desconsiderados con sus semejantes, criticando sus defectos, juzgando su modo de pensar, de actuar o de hablar.

Le crecen las flores masculinas agrupadas en inflorescencias globosas al final de un largo pedúnculo péndulo. Las femeninas salen en grupos de una a tres, rara vez cuatro, sobre un pedúnculo corto y erecto, en principio de color amarillento y después pardo-grisáceo. Carecen ambas de corola. El fruto contiene de una a tres, generalmente dos semillas, con forma de tetraedro, alargados y lustrosos, comestibles (con sabor a pipa de girasol) encerrados en una cúpula cubierta de cerdas bastante separadas. Al madurar se abre en 4 valvas liberando las semillas o hayucos. Estas semillas son muy ricas en almidón y sustancias oleosas.

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Flores masculinas del haya (colgantes) y a la izquierda, arriba, una flor femenina

Palabras clave: Juicio, crítica, intolerancia

Del arquetipo de la intolerancia, en el aspecto de no aceptar las diferencias e imperfecciones de los demás y de extrema sensibilidad a su medio social o físico.

Beech es para personas intolerantes y críticas, que se entrometen en la vida de los demás sin tener capacidad de ponerse en el lugar del otro. Hablan sin saber, juzgan sin saber. Les falta empatía. Se trata de personas que permanentemente están viendo lo que otros hacen mal (a su juicio) y se lo hacen notar a cada instante, en lugar de ver los aspectos positivos o las virtudes que todos tienen. Soportan mal a aquellos que consideran que se comportan de forma poco inteligente según su criterio, por lo cual se vuelven fastidiosos. Suelen tener mal humor y ser gruñones, aunque, muchas veces, lo que critican no es realmente importante. Se suelen mostrar pedantes e inflexibles, y suelen tener personalidades dominantes.

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Fotografía tomada en Fruniz el 29 de abril de 2018

El tipo de personalidad que necesita Beech suele ser una persona que vive cerrada en sí misma porque ha sufrido mucho. Inconscientemente se ha insensibilizado por que es tanto el dolor que guarda en su interior, que no puede resistir más, y fruto de esa insensibilización, surge una actitud crítica y muy arrogante.

Esta esencia ayuda a ser más tolerante y comprensivo con los demás, ayuda a encontrar comprensión, indulgencia y tolerancia para entender que otras personas pueden vivir según su propio sistema de ideales y buscar la perfección de acuerdo a él. Nos muestra que cada ser, por pequeño que sea, hace su aporte al todo, a la unidad que somos todos.

“Para quienes sienten la necesidad de ver más bondad y belleza en todo lo que les rodee. Este remedio sirve para hacer frente a las cosas que parecen equivocadas, se adquiera la capacidad de ver lo bueno que surge dentro de ellas. Así podrán ser más tolerantes, indulgentes y comprensivas con los diferentes caminos que cada individuo y todas las cosas recorren en dirección a su propia perfección final”.

Edward Bach. Los doce curadores y otros remedios

Dentro de la clasificación del sistema del doctor Bach, pertenece al grupo VII: Culpa y preocupación por los demás.

Beech desarrolla nuestra autoridad interior, nuestro padre interno, haciendo que irradiemos luz hacia quienes nos rodean, enseñándoles a través de nuestra sabiduría en el quehacer diario, de forma que los demás también puedan encontrar su propia autoridad dentro de sí y puedan discernir su propio camino, para ayudarles a confiar en sus decisiones y alcanzar sus objetivos de vida con amor y paciencia.

Desde el punto de vista físico, ayuda a quien rechina los dientes (bruxismo) y tensa las mandíbulas y en la neuralgia del trigémino, cuando hay tensiones en la parte alta del cuerpo o se mantienen los puños apretados sin darse cuenta, cuando no se toleran los ruidos y hay problemas de oídos o también digestivos.

A nivel energético, abre el chakra corazón (cuarto centro de energía).

PATRONES DE DESEQUILIBRIO: Intolerancia, crítica. Juzgan sin sensibilidad ni compresión. Les cuesta ver lo bueno que hay en los otros y aceptarlos en lo que son diferentes a ellos. Se irritan fácilmente por los defectos o costumbres de los demás. Se expresan a menudo a través de la ironía. Arrogancia.

CONDICIÓN POSITIVA: Capacidad de ver lo positivo de los otros. Aceptación de las diferencias e imperfecciones. Potencia la tolerancia, la indulgencia y la compasión.

AFIRMACIONES: Comprendo que todo está en mí y yo soy parte de todo. Comprendo y acepto la unidad en todo lo que me rodea. Abro mi corazón para aceptar a los demás tal y como son, con sus diferencias. Veo la riqueza que habita en la diversidad.

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