Nombre botánico: Ocimum basilicum
Signatura: es una hierba aromática anual de la familia de las lamiáceas (Lamiaceae). Se cultiva como perenne en climas tropicales, de crecimiento bajo, con hojas opuestas de un verde lustroso, ovales, dentadas y de textura sedosa. Emite espigas florales terminales, con flores tubulares de color blanco o violáceo las cuales, a diferencia de las del resto de la familia, tienen los cuatro estambres y el pistilo apoyados sobre el labio inferior de la corola.
Palabras clave: oposición entre sexo y espiritualidad.
Del arquetipo de la dualidad, en su aspecto de disociación entre amor y sexo.
Basil es para aquellos que no están en equilibrio con las actitudes hacia el sexo y su propia sexualidad. Aquellos que necesitan esta flor a menudo temen su sexualidad o les disgusta, y pueden sentirse atraídos por actividades sexuales ilícitas. Es para aquellos que ven la sexualidad y la espiritualidad como fuerzas opuestas.
Esta esencia floral ayuda a restaurar el aspecto sagrado de la sexualidad. Se puede utilizar siempre que haya habido objetización, degradación o abuso, cualquiera sea el lado en el que se encuentre (abusador o víctima). Basil ayuda a cambiar la perspectiva de un acto puramente físico a la expresión más profunda de la intimidad. Es útil si hay vergüenza o sentimientos negativos hacia el sexo. Ayuda a armonizar nuestras vidas emocionales, sexuales y espirituales en una plenitud sagrada. Es útil para parejas con problemas en sus relaciones sexuales.
Desde el punto de vista físico, es útil para las embarazadas que han perdido el deseo sexual y para los hombres que cortan las relaciones íntimas durante el embarazo. Aumenta la leche materna, alivia el estreñimiento y en las infecciones urinarias disminuye la sensación de ardor.
A nivel energético, trabaja los chakras raíz, sacral y corona (primer, segundo y séptimo centro de energía respectivamente)
PATRONES DE DESEQUILIBRIO: Polarización de la sexualidad y la espiritualidad, que generalmente conduce a un comportamiento clandestino, relaciones bifurcadas o adicción sexual. Ambivalencia, antagonismo, falso moralismo, aislamiento de emociones eróticas.
CONDICIÓN POSITIVA: Integración de la sexualidad y la espiritualidad en plenitud. Unión de amor y sexo en el vínculo afectivo como valor humano.
AFIRMACIONES: Vivo mi sexualidad como una expresión más de mi ser, tan espiritual como el resto de aspectos de mi vida. Integro el sexo y el amor para poder vivir mi relación afectiva con plenitud.
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